EL DESVÁN DE LA CASA DE LOS SHEPHER, de Tamar Yellin

SINOPSIS:

Después de muchos años de ausencia, Shulamit, una profesora de estudios bíblicos en Inglaterra, regresa al hogar de sus antepasados: Jerusalén. Allí redescubrirá su historia y la de los suyos. De la mano de antiguas cartas, diarios y documentos se topará consigo misma, al descubrir de dónde y de quiénes proviene.

De la esperanza de su bisabuelo, que viajó hasta Babilonia persiguiendo las sombras de la mítica historia de las Diez Tribus Perdidas. Del desdén de su abuelo, que huyó de la guerra. Del desengaño y de la resignación de sus padres y sus historias de amor no correspondido. De una familia tan diferente y extraordinaria como todas las demás, absorbida por el paso de los años y el silencio de la irrelevancia: la condena al anonimato del tiempo que se va.

Al poco de llegar, Shulamit descubre que los Shepher, los suyos, viven, entre disputas, pendientes de un extraño y misterioso códice que, al parecer, en realidad nadie conoce muy bien, pero que concentra la atención de estudiosos, de expertos, de religiosos, y de familiares cercanos y distantes, aunque la mayoría desconoce los motivos de tanto interés y expectación.

El desván de la casa de los Shepher es una novela extraordinaria, reflexiva, de mirada sosegada y ácida. La autora recorre en sus páginas la vida de una familia de las que hay muchas, de las que casi nada queda, en la que podemos reconocer nuestros propios pasos y los de los que nos precedieron en el camino.

Me ha encantado esta novela, incluso he tardado más de lo habitual en leerla, porque cada una de sus páginas merece una atención especial.

Descubrí este libro en la biblioteca y, aunque no conocía a la autora, Tamar Yellin, me llamó la atención por el tema que aborda.

Es una historia densa, que requiere tiempo y dedicación para saborear cada capítulo. Con un argumento que me recordó por momentos a "La biblia de barro", de Julia Navarro, la autora va desgranando la vida de diversos personajes, unidos por lazos familiares, cuyas experiencias y tradiciones les llevan a adoptar ciertas actitudes contrapuestas y a enfrentarse a los fantasmas del pasado.

Cuesta un poco adaptarse a los saltos en el tiempo, al cambio de una época a otra, pero una vez que se avanza en la lectura, dichos cambios se solapan con la magistral descripción de la autora cuando nos introduce de lleno en las costumbres y tradiciones judías, tan contrapuestas a las que Shulamit, la protagonista, acostumbra a vivir en su nuevo hogar, Inglaterra.

El choque entre ambas culturas y el inevitable reencuentro con sus antepasados y su historia familiar, sumergen a Shulamit en un estado de tristeza y desarraigo del que le cuesta salir.

Novela de nostalgias y de recuerdos, pone de manifiesto las miserias del ser humano y como, a pesar del paso del tiempo, ciertos errores se repiten una y otra vez.

Tamar Yellin maneja el lenguaje con gran maestría y perfección, emplea una prosa culta, muy bien estructurada, y repleta de giros sorprendentes. Nos deleita con frases únicas, como las que os detallo a continuación:

"Es extraño, pensé para mis adentros, cómo puede dormir un libro y saltar de pronto a la vida desde el sopor de su gran irrelevancia" (pag 113)

"Fragmentos de mi padre vivían en el hermano que lo había sobrevivido, como yo había imaginado en otro tiempo que vivirían en el hijo que nunca llegué a tener" (pag 147)

"La encalaron una vez por dentro y por fuera, como si fuera un pariente pobre y loco a quien se le pone un camisón limpio; y hubo un inquilino que la ocupó un tiempo, un tal señor Martelli, que vivió en la casa cinco biliosos meses antes de esfumarse sin pagar el alquiler! (pag 263)

Os recomiendo su lectura, es una novela que enamora, cuyo argumento transcurre lento, pero a su vez resulta muy completo, con un vocabulario rico y variado.